Madonna ha regresado a Malawi, país donde adoptó a dos de sus hijos,
para colocar la primera piedra en la construcción de una escuela para
niñas huérfanas que ella misma ha financiado, y lanzar una nueva campaña
educativa utilizando la tecnología móvil. Junto a ella, sus dos niñas:
Lourdes María y Mercy, original del país africano.
La «reina» del Pop visitó ayer la Academia Raising Malawi, ubicada
en aldea Chinkhota, a unos 15 kilómetros de la capital, Lilongwe. Allí,
la artista dejó atrás su condición de «estrella» y participó en las
labores junto con sus dos hijas: utilizaron una de las bombas de agua
recién construidas, alimentaron a las cabras, y se interesaron en los
cultivos.
Loudres y Mercy se mostraron muy unidas, y disfrutaron participando
en las actividades.
En 2006, Madonna adoptó a un niño malauí, David, y se enfrentó al
clamor de la opinión pública cuando fue acusada de recibir un trato
especial por parte del gobierno del país para bordear las leyes que
prohíben a los no residentes en el país adoptar niños.
Pero como en todo lo demás, la artista hizo oídos sordos a las
críticas y volvió a la carga. Tres años después adoptó a otra niña,
Mercy.
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